Sucedió algo!
Sus botones empezaron a caer descontrolados. Fue un suceso al principio apartado, y ni importancia mayor le dio, pero... tiempo después volvió a suceder.
Se preguntó por qué hilarían tan fino, por qué coserían tan mal la ropa sanitaria, pero.. nada de eso le preocupaba.
En realidad aquel botón simbolizaba mucho más de lo que ella se pensaba.
Era parte de su camisa de fuerza, y habían caído ya 2.
"¿ La libertad estaría a tan solo un par de botones más ?" se preguntó.
Había permanecido demasiado tiempo inmóvil como para intentar hacer algún movimiento con la suficiente fuerza como para romper hebras de
aceroSentada en el suelo miró a su alrederor. Perfectamente podría estar sentada en una pared, o en el techo mismo! Quién ponía el espacio del derecho y del revés?

Si cerraba los ojos con fuerza y los abría al cabo de un rato la pálida luz le hacía confundir una dimensión con otra. Siempre usaba el mismo truco de siempre, para comprobar que realmente no estaba perdiendo la cabeza. Movió el dedo del pie hacia arriba un par de veces y hacia abajo otras tantas.. Bien, funcionaba el cerebro en la primera dimensión. Se balanceó hacia adelante y hacia atrás como había visto hacerlo a otros tantos, ensimismados en la búsqueda de la segunda dimensión. Aunque ellos... ellos se quedaban fascinados con aquello. No paraban, no querían parar. No podían.
Pero, y la tercera? Cómo lograría verificar la tercera? Aquella habitación era tan nitida que le dolía comprobar la existencia de paredes... Su camisa era tan blanca que apenas se miraba el cuerpo.Temerosa de no encontrarse.
Sola como estaba se deslizó en secreto, sin que ninguna sombra le sorprendiera ( aun cuando allí no era posible la formación de sombras ), a lo que parecía una esquina. Quien sabe si estaba apollada en el techo o en la pared. El suelo ya no estaba definido.
Sí, era la pared a su espalda... pero, suelo o techo? A menos que se lo aclarasen no podría saberlo con certeza. Entonces alargó de nuevo el pie, y siguió las lineas del yeso. Hacia arriba, sí, recordaba que esa era la ordenada.Entonces lo movió hacia su derecha, otra linea que delimitaba el espacio... sí, esa sería la abscisa... De nuevo dos dimensiones, y la tercera estaba a tan solo un movimiento...
Otro botón.
Presión inexistente.
Oxigenación.
Con el dedo palpó el eje de coordenadas de la habitación, y recordó que si era capaz de discernir los espacios de la habitación no estaría perdida, aún no.
Ya no le pretaba la camisa, se había soltado, dejando entrar aire a sus pulmones rotos por los gritos de desesperación y soledad.
La salida tenía que estar cerca, pero en esa habitación gigante todo estaba camuflado. El suelo, el techo, las paredes, las puertas... quien sabe cual era x, y, z...
"Espera, espera..."
¿Cómo podía asegurar que las ordenadas seguían siendo ordenadas, que las abcisas seguian siendo lo que eran? Si no sabía ni tan siquiera si estaba del derecho o del revés, ¿cómo iba a aclarar esa duda?
Perdida como estaba, y en su nueva libertad, sin botones que le impidiesen respirar comenzó a balancearse de nuevo en la única diemensión en la que podía creer con exactitud....