domingo, 19 de julio de 2009
Reafirmando sentimientos.
Hace poco decidí que ya no te quería, que no me merecía que me tratasen así, pese a cómo había actuado yo ante determinadas decisiones, pero eso ya es viejo. Yo sólo tenía lo que sentía en ese momento, y estaba harta de discutir, de llorar, de no saber nada. No entendía nada, no te entendía.
Decidí que no te quería, y entonces, esa noche, de una forma natural, espontánea y real tu me dijiste te queiro Me sorprendió tanto... ¿por qué ? pues porque jamás había sido dicho así. Recuerdo, o tal vez quiero recordar así, que las veces que pronunciaste esas palabras era por compromiso, porque era la contestación a lo que yo te había confesado,o simplemente porque era lo que quería y necesitaba escuchar. Tal vez no fue así, pero lo sentí de esa manera.
Jamás olvidaré esa noche, no hará más de un mes, pero me sorprendió demasiado. Había decidido que pasara lo que pasara, bueno o malo, ya no te quería, ya había llegado a mi límite y sólo quedaba esperar a que llegase el final por activa o pasiva.. Pero pese a que en ese momento, ante esas palabras yo recordé lo que había pensado días antes, los días fueron pasando, más sonrisas y lágrimas se pusieron de por medio, y de repente volví a darme cuenta de cuánto te quería, de cuánto te quiero, de cuánto te querré.
No me acostumbro a pensar que ya no estarás. Es mucho tiempo, son muchas costumbres. Me costará mucho habituarme a que ya no estés a unas calles de distancia.
Y aunque ahora, que debería ser cuando aprovechase para decirte todo lo que siento, me creo incapaz de hacerlo. Se me traban las palabras, las pienso mil veces, pero no salen. No salen.
De verdad, te quiero.
No es un descubrimiento, es una reafirmación.
Decidí que no te quería, y entonces, esa noche, de una forma natural, espontánea y real tu me dijiste te queiro Me sorprendió tanto... ¿por qué ? pues porque jamás había sido dicho así. Recuerdo, o tal vez quiero recordar así, que las veces que pronunciaste esas palabras era por compromiso, porque era la contestación a lo que yo te había confesado,o simplemente porque era lo que quería y necesitaba escuchar. Tal vez no fue así, pero lo sentí de esa manera.
Jamás olvidaré esa noche, no hará más de un mes, pero me sorprendió demasiado. Había decidido que pasara lo que pasara, bueno o malo, ya no te quería, ya había llegado a mi límite y sólo quedaba esperar a que llegase el final por activa o pasiva.. Pero pese a que en ese momento, ante esas palabras yo recordé lo que había pensado días antes, los días fueron pasando, más sonrisas y lágrimas se pusieron de por medio, y de repente volví a darme cuenta de cuánto te quería, de cuánto te quiero, de cuánto te querré.
No me acostumbro a pensar que ya no estarás. Es mucho tiempo, son muchas costumbres. Me costará mucho habituarme a que ya no estés a unas calles de distancia.
Y aunque ahora, que debería ser cuando aprovechase para decirte todo lo que siento, me creo incapaz de hacerlo. Se me traban las palabras, las pienso mil veces, pero no salen. No salen.
De verdad, te quiero.
No es un descubrimiento, es una reafirmación.